El diseño sonoro de un film documental debe estar sugerido desde las primeras fases de escritura, apoyado de alguna manera en el guion. Las múltiples posibilidades estéticas del sonido -la música, ambientación sonora, la palabra o el silencio- enriquecen expresivamente la obra. Pero como el resto de aportaciones técnicas en el cine de lo real, el rodaje es sobre todo un espacio para la creación y el hallazgo.