El rodaje es un hito en el que se concreta el esfuerzo realizado durante el desarrollo, escritura y preproducción de la película. Al trabajar con la realidad, la filmación en el cine documental es particular, muchas veces imprevisible y difícil de planificar, incluso duradera o dispersa en el tiempo. Es por tanto indispensable reflexionar sobre las estrategias que permiten capturar la realidad buscada/soñada, tanto desde el punto de vista de la dirección/realización como desde el equipo de fotografía, cámara y sonido directo. En esta fase, el tipo de herramientas, técnicas o materiales utilizados marcan necesariamente la planificación, la puesta en escena, la luz o el universo sonoro de la película.
A la hora de filmar, cada realidad puede abordarse desde una estrategia diferente. Y cada película puede acercarse a la realidad de un modo más o menos literal. La preparación por parte del cineasta para abordar el rodaje, incluyendo la planificación, la puesta en escena o las posibles entrevistas, podrá ser exhaustiva o flexible, calculada o dejando un casi ineludible margen para la improvisación. Pensar el rodaje desde la dirección no es simplemente un ejercicio individual, sino que conlleva siempre una conversación continua con el equipo, que convertirá la película en un ejercicio colectivo.
El diseño de la fotografía en el cine documental está en ocasiones condicionado por lo imprevisible de trabajar con la realidad. La captura de la imagen requiere proponer una práctica coherente con la película que queremos hacer. El trabajo de dirección de fotografía y de operador/a de cámara implica tomar una serie de decisiones previas al rodaje, tanto estéticas como técnicas, que redunden en esa línea, potencien formalmente la película y, quizás, descubran nuevos caminos imprevistos en fases previas.
El diseño sonoro de un film documental debe estar sugerido desde las primeras fases de escritura, apoyado de alguna manera en el guion. Las múltiples posibilidades estéticas del sonido -la música, ambientación sonora, la palabra o el silencio- enriquecen expresivamente la obra. Pero como el resto de aportaciones técnicas en el cine de lo real, el rodaje es sobre todo un espacio para la creación y el hallazgo.